Las Fiestas del Eterno

Por Daniel Díez - Devocional 30 de julio 2025.

Devocional de hoy

Las Fiestas del Eterno

Hay un nexo que une toda la Biblia, y son las fiestas. No se llaman “fiestas judías”, sino que Dios las llama las fiestas del Eterno, de Dios mismo.
No es el momento de hablar de todas las fiestas, pero sí de La Pascua (Pesaj), en la que se manifiestan tres planes divinos, como tres fiestas, todas manifestadas y cumplidas en Cristo.

Pesaj: El Cordero que Nos Libera

Pesaj significa pasar de largo la muerte. El sacerdote proclamaba: “Que pase de largo un año más”, rogando por misericordia.
Juan el Bautista, con gran gozo, declaró:

“Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”
(Juan 1:29)

La Pascua nos hace libres del pecado y de la muerte eterna, porque el Cordero paga nuestras culpas. Cristo no solo intercede un año más, Él quitó el pecado de raíz.

Panes sin Levadura: Muerte y Renacimiento

La fiesta de los panes sin levadura representa el paso por el Mar Rojo: es figura del bautismo, del nuevo nacimiento, de la muerte a la vieja vida.
Es símbolo de la separación del mundo, del salir de Egipto no solo con los pies, sino con el corazón.

Primicias: Cristo Resucitado, el Primero

La fiesta de las primicias ocurría el primer día de la semana después del shabat de Pascua. El sumo sacerdote presentaba los primeros frutos al Padre, según lo dicho por Moisés:

“Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.”
(1 Corintios 15:21-22)

Jesús resucita en ese mismo día, y le dice a María Magdalena:

“No me toques, porque aún no he subido a mi Padre.”
(Juan 20:17)

Él actúa como Sumo Sacerdote, presentando a los primeros redimidos ante el trono del Padre. ¡La fiesta se cumplió!

La Ley sin el Espíritu: Corazones Aún en Egipto

Cuando Moisés entrega la ley, el pueblo aún era esclavo. No podían entenderla porque su corazón no había cambiado. Seguían ligados a Egipto, y por eso no pudieron entrar en la Tierra Prometida. Solo Josué y Caleb, valientes y creyentes, lo lograron.

“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre… él dará testimonio acerca de mí.”
(Juan 15:26)

La ley sin el Espíritu puede ser usada a conveniencia. Pero el Espíritu Santo nos guía a toda verdad, y su luz revela el verdadero camino.

El Espíritu para las Buenas Obras

El propósito final del camino es que recibamos el Espíritu y caminemos en las obras preparadas por Dios. Pero las hace el hombre con el Espíritu, no por su fuerza.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe… no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
(Efesios 2:8–10)

Oración Final: Gratitud por el Plan Cumplido

Señor, Cordero inmolado, tu sangre en los dinteles de nuestra alma nos libra de la muerte eterna, paga nuestra factura, perdona nuestras culpas. Gracias por ella, gracias por la Pascua en la que cumpliste el plan de Dios de redimir, rescatar a todos los esclavos del enemigo de las almas que se rinden a tu voluntad.

Gracias… ¡Cómo no amarte!