Vaciarse para Recibir De Dios

Por Sully López de Barra - Devocional 17 de agosto 2025.

Devocional de hoy

Vaciarse para Recibir De Dios

“Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.” Esdras 8:21

El ayuno: más que una costumbre antigua

El ayuno no es una costumbre religiosa del pasado, ni una medida de urgencia solo para tiempos difíciles. Para el discípulo de Cristo, el ayuno es una práctica espiritual innegociable, un estilo de vida que expresa dependencia total, rendición sincera y hambre profunda por Dios.

El ejemplo de Esdras

En tiempos bíblicos, Esdras convocó un ayuno colectivo para dos propósitos esenciales: afligirse delante de Dios y buscar dirección para su vida, su familia y sus bienes. Esa misma necesidad sigue vigente hoy. Como discípulos, no podemos pretender vivir una vida llena de Dios si no estamos dispuestos a vaciarnos primero de nosotros mismos.

Ayunar: debilitar la carne para fortalecer el espíritu

Ayunar es debilitar la carne para fortalecer el espíritu. No es sólo abstenerse de alimento, sino postrarse con humildad delante del Padre, reconocer nuestra fragilidad y clamar por su guía. Cuando ayunamos con propósito, estamos diciendo: “No confío en mis fuerzas. Te necesito, Señor. Dirige mis pasos, mi casa, mis decisiones.”

La verdadera aflicción en el ayuno

La verdadera aflicción en el ayuno no es física, emocional o superficial. Es una actitud del corazón que nos lleva a reconocer la grandeza de Dios, su soberanía, y a rendirnos ante su voluntad. A través del ayuno somos vaciados del orgullo, del control, del ruido interior… y abiertos para ser llenos de paz, claridad, fortaleza y revelación.

Una disciplina constante para el discípulo

Por eso, ayunar debe ser una disciplina constante, una decisión voluntaria y consciente de todo discípulo que quiere caminar en la voluntad de Dios. Ayunamos no solo cuando todo está mal, sino como parte de nuestro andar con Jesús.

Conclusión: vaciarse para ser guiado por Dios

Que cada tiempo de ayuno sea una oportunidad para acercarnos más a Él, para vaciarnos, afligir nuestra carne en humildad, y ser guiados en todo por Su perfecta voluntad.

Oración final

Señor Jesús, hoy reconozco que necesito vaciarme de mí mismo para ser lleno de Ti. No quiero caminar por mis propios caminos, ni tomar decisiones sin Tu dirección. Enséñame a vivir el ayuno no como un sacrificio vacío, sino como una práctica vital, innegociable, en mi caminar como discípulo. Afirma en mí un corazón humilde, quebrantado, sensible a Tu voz. Dirige mi vida, mi familia, mis pasos. En el nombre de Jesús, Amén.