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Semejante a Nosotros... Incluso en la Soledad
Por Sully López de Barra - Devocional 21 de septiembre 2025.

Devocional de hoy
Semejante a Nosotros… Incluso en la Soledad
Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
Hebreos 2:17-18
Jesús: semejante a nosotros
Jesús fue semejante a nosotros para poder mostrarnos misericordia y fidelidad. Sufrió, fue tentado, enfrentó pruebas, y aun así permaneció firme. Porque Él conoció la debilidad humana, puede socorrernos en cada tentación que enfrentamos.
Tipos de tentaciones y pruebas
A lo largo de nuestra vida, enfrentamos muchos tipos de tentaciones: deseos que nos desvían, pruebas que nos debilitan, momentos de miedo, dolor o confusión. Y algunas de las más difíciles son aquellas pruebas en soledad, cuando nadie conoce nuestro dolor, nuestro miedo o nuestra lucha interior.
La soledad de Jesús
Jesús también enfrentó la soledad. Aunque tenía sus discípulos, en muchos momentos quedó solo, y en el más difícil —la cruz—, nadie estuvo a su lado. Lo vivió todo para comprendernos plenamente y mostrarnos el carácter del Hijo de Dios: obediente, fiel, compasivo y lleno de amor. Ese carácter es el mismo que quiere formar en nosotros, para que en medio de nuestras pruebas también reflejemos su humildad, su paciencia y su confianza en el Padre.
Su acompañamiento en la prueba
No importa la situación que enfrentemos: Jesús nos entiende, nos acompaña y nos da la salida. Él nos sostiene, nos guía y nos protege en medio de las pruebas y tentaciones, incluso cuando nos sentimos solos. Solo necesitamos mantener la mirada en Él, aferrarnos a su amor y confiar en su fidelidad.
Pregunta para la reflexión
¿Qué pruebas, tentaciones, aflicciones o situaciones estás llevando hoy en soledad? ¿Cuáles son las luchas interiores, las dudas o la incertidumbre que hay en tu corazón? Jesús te entiende. Él vivió en carne propia el sufrimiento humano, y en su carácter compasivo, humilde y fiel, se hizo semejante a nosotros para poder socorrernos. No estás solo. Si te aferras a Él y confías en Su amor perfecto, Él te sostendrá, te dará la salida y te fortalecerá con el poder de su carácter formado en ti.
Oración
Señor, gracias porque siempre estás conmigo. Gracias porque en medio de la noche oscura, en las dificultades y en la soledad, Tú estás ahí. Gracias porque conoces mi corazón, mis miedos y mis debilidades. Ayúdame a mantener la mirada en Ti, a confiar en tu fidelidad y a aferrarme a tu amor en todo momento. No permitas que la tentación o la angustia me desvíen de tu camino. Gracias, Jesús, porque tú siempre estás conmigo, me comprendes y me llevas a una victoria segura. Amén.
