Rut: Más Allá del Dolor

Por Rebeca Díez - Devocional 6 de agosto 2025.

Devocional de hoy

Rut: Más Allá del Dolor

La historia comienza con pérdida y dolor

Noemí, una mujer israelita, viajó con su esposo y sus dos hijos a Moab debido a una gran hambre en Belén. Allí, su esposo murió, y sus hijos, que se casaron con mujeres moabitas —Orfa y Rut— también fallecieron. Noemí quedó sola, sin esposo ni hijos, en una tierra extranjera.

Decisión de regresar a casa

Con el corazón destrozado, decidió volver a su tierra natal. Sus dos nueras quisieron acompañarla, lo cual muestra cuánto la amaban. Sin embargo, Noemí les insistió que se quedaran en Moab, razonando que en Israel nada les aseguraba bienestar ni seguridad.

Orfa: El ejemplo de los que retroceden

Orfa, aunque había sido impactada por la fe de Noemí, se dejó persuadir por los riesgos del viaje y volvió a Moab. Orfa es como muchas personas que han probado las buenas cosas de Dios, pero no tienen la resistencia para sobrellevar las dificultades. Orfa era emotiva, lloró y besó a su suegra, despidiéndose, pero al hacerlo, no pasó la prueba para seguir con Dios. A Dios no le impresionan las lágrimas, las emociones y las promesas sino la acción.

Rut: Lealtad y firmeza

En cambio, Rut no quiso dejar sola a Noemí. Había sido tocada profundamente por su fe y por el Dios de Israel. Sabía que debía acompañarla, sin importar el costo. Dijo con firmeza:

“No me ruegues que te deje, y me aparte de ti, porque a donde quiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”
(Rut 1:16)

¡Qué increíble lealtad y amor se ve en este versículo!

Un sacrificio total

Necesitamos entender su sacrificio aquí. Rut iba hacia una tierra donde ella era no solamente una extranjera y una extraña, sino donde tenía poca esperanza de otro tipo de vida que no fuera cuidar a su suegra. Ella no podía siquiera soñar que su destino incluyera un esposo israelita, porque ella era una moabita menospreciada.

Puesto que ella era una viuda sin hijos y destinada a permanecer así, no habrían hijos para consolarla en su ancianidad. Estaría lejos de todo lo que le era familiar y precioso. Todo lo que vería en adelante, sería la compañía de una mujer que ella admitía se llamaba a sí misma “amargada”:

“Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.”
(Rut 1:20)

Rut se compromete sin reservas

Aun así, Rut hizo un compromiso total. Cuando Dios nos envía a un lugar, ese lugar debe convertirse en nuestro pueblo; si no es así, nuestro cuerpo estará presente, pero nuestro corazón estará lejos.

Dios recompensa la fidelidad

La decisión de Rut fue una consagración verdadera. Ella no sabía lo que le esperaba, pero su corazón ya estaba decidido. Más adelante, Dios la recompensó grandemente. Fue guiada a los campos de Booz, un pariente cercano de Noemí, quien quedó impresionado por su humildad y su entrega. Rut obedeció a Noemí en todo, incluso en las cosas delicadas, y Booz se acogió al derecho de redención, casándose con ella. De su descendencia nació Obed, padre de Isaí, padre del rey David, del cual vino Cristo.

Confianza en los planes de Dios

Rut no imaginaba la grandeza de lo que vendría mientras vivía días solitarios y difíciles. Como Noemí, muchas veces pensamos que Dios se ha olvidado de nosotros en medio de la oscuridad. Pero aunque no entendamos los caminos del Señor, su propósito es hacernos bien. No permitamos que nuestro corazón se hunda en la desesperación. Dios sigue obrando.

Rut superó su pasado

Rut y Orfa eran moabitas. Rut superó sus ancestros y su herencia, porque ella tuvo un corazón dispuesto hacia Dios. Ella logró salir de su indeseable situación, pero Orfa se volvió y regresó a ello.

Orfa: símbolo de los que se rinden

Hay muchas Orfas en el mundo. “Orfa” es todo aquel que dice, “no hay caso, me rindo, no trataré siquiera porque no me puedo librar del pasado, es mi madre, mi abuelo y no puedo hacer nada.” Para Rut, lo que pudo haber sido un obstáculo, en ella se volvió un trampolín que la guiaría hacia el propósito de Dios para su vida.

Las cualidades de Rut

Esta es una buena lección para todas nosotras. Rut, era una trabajadora afanosa, desinteresada, comprometida, sumisa, gentil, virtuosa, pero también determinada y firme. ¡Qué maravillosas cualidades para que una mujer las posea!

Una mujer obediente y humilde

Rut hacía alegremente y de buena gana cualquier cosa que se le pedía. El espigar era un trabajo arduo y sucio, lo hacía en los campos, tras los segadores, pero ella lo hacía por sí misma y por Noemí. Ella obedecía a Noemí dócilmente, aun cuando esto involucrara arriesgar su propia reputación. Ella confiaba completamente en la sabiduría de la anciana. Actualmente, esto es muy raro, la humildad y la fe.

Elegida por Dios para su propósito

Esto es lo que a ella la calificó para llegar a ser parte del linaje de Jesucristo, el Unico que se humilló a Sí mismo, para volverse siervo de todos.

Oración final

Señor, danos ese tipo de humildad, pon en nosotros esas cualidades tan hermosas de Rut, su valentía, obediencia, fé, nobleza.

Queremos ser buenos amigos, dispuestos a caminar una milla más por el amigo, sacrificarnos por los demás cuando lo necesiten. Haznos comprometidos y esforzados, para cada día ser un poco más como Tú, el mayor ejemplo de humildad y amor incondicional.