Portador de Esperanza, el Corazón de un Discípulo

Por Sully López de Barra - Devocional 2 de Septiembre 2025.

Devocional de hoy

Portadores de Esperanza, el Corazón de un Discípulo

“Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor.”

Hechos 11:24

El origen de su nombre

En el Nuevo Testamento encontramos a un hombre llamado José, pero al ver su forma de ser y actuar, los apóstoles lo llamaron Bernabé, que significa "hijo de consolación". También es conocido como el que anima o el apóstol de la alegría. Su vida fue una inspiración para los primeros cristianos, y su ejemplo sigue hablando a nuestros corazones hoy.

Un corazón generoso

La primera vez que se menciona a Bernabé, se describe cómo vendió una heredad y entregó todo a los apóstoles para ayudar a los necesitados (Hechos 4:36-37). No dio lo que le sobraba, sino todo lo que tenía. Su actitud de amor, entrega y generosidad mostraba un corazón rendido a Dios y dispuesto a servir.

El que creyó en Pablo

Más adelante, cuando nadie confiaba aún en Pablo, Bernabé fue quien lo presentó a los apóstoles y dio testimonio de su conversión (Hechos 9:27). Fue un puente de reconciliación. Vio lo que Dios estaba haciendo en Pablo, y no tuvo miedo en hablar a favor de alguien que necesitaba una oportunidad.

Un siervo que animaba

En Hechos 11:23-24 se dice que Bernabé fue enviado a Antioquía, y al ver la gracia de Dios en aquel lugar, se regocijó y animó a todos a seguir fieles al Señor. La Biblia dice que era “varón bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe”, y gracias a su testimonio muchos fueron añadidos al Señor.

Una vida que edificaba
Bernabé fue un discípulo con palabras que edificaban, actitudes que animaban y acciones que reflejaban el amor de Dios. Siempre que aparece en las Escrituras, lo encontramos sirviendo, ayudando, consolando, exhortando y bendiciendo. Su vida era como su nombre: una fuente de consuelo y esperanza para los demás.

Un llamado para nosotros

Si las personas no pudieran llamarnos por nuestro nombre, ¿qué nombre nos pondrían por nuestras actitudes? ¿Nos llamarían ánimo, fe, gozo, paz, generosidad… o tal vez queja, enojo o desánimo? Dios quiere usarnos, como usó a Bernabé: para levantar, consolar, edificar y llenar de esperanza a otros. Que nuestras palabras y acciones reflejen la vida de Cristo, y que el Espíritu Santo, el verdadero Consolador, nos llene para ser de bendición a muchos.

Oración final

Señor, gracias por el ejemplo de Bernabé, un hombre común que fue lleno de Tu Espíritu para animar, consolar y edificar a otros. Llena mi vida con ese mismo amor, fe y valentía. Que yo también pueda ser un instrumento en Tus manos para llevar esperanza, hablar vida, y servir con alegría. Que mis palabras y actitudes reflejen Tu corazón. Amén.