Personas Comunes Y Corrientes

Por Iñaki Lataillade - Devocional 10 de octubre 2025.

Devocional de hoy

Personas Comunes Y Corrientes


“Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?
Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.
Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.”

Jueces 6:14-16

Gedeón: un hombre común con un llamado divino

Gedeón era una persona común y corriente. Su historia, registrada en Jueces 6, resulta inspiradora. Era agricultor, y además, tímido. Cuando Dios lo llamó para que libertara a Israel de los madianitas, su primera reacción fue: “¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre” (Jue 6:15).
El Señor le prometió estar con él y capacitarlo para llevar a cabo lo que se le había pedido que hiciera (v.6). La obediencia de Gedeón le devolvió la victoria a su pueblo, y lo colocó en la lista de los héroes de la fe (Heb 11:32).

La duda de Gedeón y la certeza de Dios

Gedeón, que se conocía a sí mismo (pero no conocía lo que Dios podría hacer), no se explicaba cómo el ángel del Señor podría encomendarle a él salvar al pueblo de Israel de los madianitas.
Muchos otros tuvieron un papel importante en este plan de salvar a los israelitas de una poderosa fuerza enemiga. Dios le dio a Gedeón 300 hombres, todos héroes valerosos, para ganar la batalla. No se nos dan sus nombres, pero su bravura y obediencia quedaron registradas en las Escrituras (Jue 7:5-23).

¿Cómo respondemos al llamado de Dios?

¿Acaso piensas como Gedeón, que cuando recibes una instrucción de Dios, se está riendo de ti?, o más bien, ¿te está otorgando la fuerza y la sabiduría a través de su Espíritu Santo para llevarla a cabo?
Todo lo que puso Gedeón delante de Dios era verdad; él era tal y como se lo dijo a Dios, pero también era verdad que Dios le dijo que iba a estar con Gedeón, y esta parte él no la tuvo en cuenta.

Nuestra debilidad, el escenario del poder de Dios

Es posible que algunas veces nos veamos insignificantes para realizar el propósito que Dios nos demanda, pero no es menos cierto —y no debemos olvidarlo— que hay un texto que nos recuerda

“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”

2 Corintios 12:9

Las señales y la fe suficiente

No sé si debas pedir señal a Dios; Gedeón le pidió dos señales, pero creo que, con la señal de la entrega de Jesucristo en la cruz por amor, debería bastarnos.

La verdadera fuente de nuestra competencia

Una de las claves está en 2º Corintios 3:5:

“No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios.

2 Corintios 3:5

Cuando entendemos que nuestros talentos no son los que nos pueden llevar a hacer la obra de Dios, entonces comprendemos que no somos lo suficientemente competentes, listos, valientes ni fuertes para hacer algo por nosotros mismos, sino que, como dice la palabra:
“En Dios haremos proezas y Él hollará a nuestros enemigos.”

Dios sigue usando personas comunes

Actualmente, Dios sigue llamando a personas comunes y corrientes como nosotros para hacer su obra, y promete acompañarnos mientras la hacemos. Al ser personas así, pero utilizadas por Dios, es evidente que el poder procede de Él y no de nosotros.
Él es el Señor de su obra; entonces, ¿quién más indicado para saber cómo hay que hacerla?
¿Qué nos toca a nosotros? Poner oído atento, buscarle y obedecerle para estorbarle lo menos posible.

Pensamiento final

Señor, sé que soy una persona común, pero tú eres el Dios todopoderoso. Quiero servirte. Enséñame cómo hacerlo, fortaléceme y dame la capacidad que solo proviene de ti.