Peleando la Buena Batalla de la Fe

Devocional de hoy

Peleando la Buena Batalla de la Fe

La necesidad del desierto

Es necesario a veces que pasemos por el desierto o que nos encontremos en desiertos, porque hay vida en el desierto, sabemos que Egipto y Faraón representa el mundo y estamos rodeados del enemigo y sus huestes de maldad, a veces perdemos las fuerzas y sentimos que no podemos más y en ese momento en el que sentimos que nos rendimos, es cuando clamamos al Señor para que Su fuego arda en nosotros.

Perseverancia y confianza en la prueba

Debemos saber que si perseveramos y confiamos en aquel que permite que venga la prueba y que permite que la situación sea difícil, porque sabemos que no nos ha sobrevenido una prueba que no sea humana sino que El Señor juntamente con la prueba nos va a dar la salida y el fuego de Dios caerá sobre nosotros, nos renovará y saldremos adelante victoriosos.

La prueba en todas las etapas de la vida

Pero todo tiene que ser probado, desde niños somos probados, en la juventud somos probados, en los trabajos somos probados, en todas las áreas de la sociedad, en el tema familiar y matrimonial tenemos que ser probados y cuánto más en lo que es eterno, porque El Señor probará lo que decimos, cantamos y expresamos, nuestra fe será probada.

La guerra espiritual y nuestras armas

Sabemos que estamos en guerra y nuestras armas no son carnales, sino poderosas en Dios, estamos en medio de una batalla y a veces se nos dice deja las armas y alaba al Señor, qué pasaría si quien está al mando del ejército nos dice eso, pero allí se prueba en quién está puesta nuestra confianza, esto ocurrió en Jericó, donde El Señor por medio de su siervo les dice “A dar vueltas y a alabarme”, esa fue la estrategia, cuando nos toca pasar por situaciones así vemos que lo que actúa es la fe del pueblo, porque humana y racionalmente es una locura, pero si confiamos en El Señor lo hacemos y en esta historia fue probada su fe y El Señor les dio la victoria.

Ejemplos bíblicos de fe probada

• Elías y la viuda de Sarepta:

• Eliseo y el aceite de la viuda:
  Su marido había muerto y los acreedores le pedían dos hijos para cobrarse la deuda, Dios probó la fe de esta viuda, Eliseo le dijo “Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.” 2 Reyes 4:2-6

• Abraham y el sacrificio:
  La fe de Abraham fue probada cuando Dios le pidió sacrificar a su hijo, el hijo de la promesa, mostrando que nuestra fe también debe ser probada, especialmente en tiempos peligrosos.

Advertencia sobre las riquezas

En 1 Timoteo 6, Timoteo estaba en lo que hoy es Turquía, una región próspera, y Pablo le habla de piedad, contentamiento y del peligro de las riquezas:

• Versos 7-8: “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.”

• Versos 9-10: “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas… raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe.”

El objetivo del enemigo es robar la fe, porque sin fe no tenemos nada.

Peleando la buena batalla de la fe

Versos 11-12: “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna…”
Debemos seguir creyendo y pelear la buena batalla de la fe, obedeciendo a Dios como hijos y soldados.

Manteniendo la fe frente a las crisis

Cuando pasamos crisis, el enemigo puede usar personas cercanas para desanimarnos con frases como “deja de creer” o “no necesitas congregarte”. Si escuchamos esto, podemos perder la guerra espiritual.

La batalla de fe: interior y exterior

La batalla de fe se desarrolla primero en nuestro interior (carne contra espíritu) y también en el mundo espiritual. El Espíritu Santo es más poderoso que cualquier fuerza del mal, y los resultados deben verse en la tierra.

La inevitabilidad de la lucha

Aunque no nos gusten las guerras, la batalla espiritual es inevitable. Debemos negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz cada día y luchar contra el pecado. Esto nos lleva a la libertad que Cristo nos da.

Dios nos da opciones: con Él o contra Él. La fe viene por el oír la palabra, que debe hacerse viva y real en cada situación. Debemos escuchar, creer y pelear la buena batalla de la fe diariamente.