No Seamos Palmeras Partidas

Por José Jesús García - Devocional 24 de septiembre 2025.

Devocional de hoy

No Seamos Palmeras Partidas

Vivimos Días malos, tiempos de mucha presión y ataques, y Dios nos sigue hablando de la bendición de servirle con todo nuestro corazón. Este ministerio es bendecido por Dios, no falta profecía, Palabra viva, hermanos mayores ungidos. Y sabemos que se están forjando armas contra nosotros pero recuerda: NINGUNA prosperará.

Habrá persecución, incluso martirio, pero que no se debiliten nuestras fuerzas, porque somos expertos en poner excusas, lo que antes veíamos bien ahora lo vemos turbio, lo que antes teníamos claro, ahora son peros, y muchos pierden la fe y se apartan del camino.

Es tiempo de estar en ese horno de Daniel, donde vemos los ángeles que nos acompañan y su Protección que nos guarda, aunque los grados de fuego suban mucho más. Si estamos agarrados al Señor, Dios nos dará la gracia para soportar la presión, adversidad y el día malo.

La Palmera que se Partió

Hace poco veíamos unos tornados, fuertes vientos que consiguieron partir una palmera.
El Salmo 92 dice que “el justo florecerá como la palmera”, y somos árboles De Dios plantados.

En los atrios y habitaciones del templo había muchas palmeras, árboles muy valiosos:

  • Dan sombra en el desierto y fruto al hambriento;

  • Crecen hacia arriba mirando al cielo, como nosotros debemos crecer mirando al Señor;

  • Se doblan ante vientos tempestuosos con una tremenda flexibilidad que les hace soportar como el junco a los vendavales, doblándose casi hasta tumbarse.

Pero esa palmera…… se partió. ¿Qué le sucedió?

La Necesidad de Resistencia y Fruto

Debemos resistir las inclemencias y ataques para no dejar de dar fruto. Esa palmera rota, perdió la esencia de ser escogido, apartado, amigo como Enoc. Seguía teniendo su raíz, pero ya no dará más fruto.

No hay potestad que tenga la fuerza que pueda arrancarnos de la presencia del Altísimo, pero solo sus discípulos son los que dan fruto, por sus frutos los conoceréis decía Jesús.

La palmera que tiene raíces larguísimas pero se parte, deja de dar fruto, se convierte en un simple creyente, y Fe y obras, siempre van juntas.
Necesitamos crecimiento espiritual hasta el final de nuestras vidas, nadie puede decir que la obra está completa en nosotros. Cada día debemos decirle: Señor sigue creciendo y que yo mengüe.

Mantenerse Firmes Frente a la Presión

Muchos se enfrían por las presiones de los medios de comunicación, de los familiares, de la opinión de los demás, de las mentiras de este mundo.

No estemos sólo agarrados a la Raíz, sino también demos frutos. Frutos en abundancia:

  • Amor

  • Paciencia

  • Bondad

  • Benignidad

  • Generosidad

  • Hospitalidad

  • Fe

  • Mansedumbre

NO seamos palmeras partidas.

Las Grandes Batallas y la Fuerza de Dios

Las grandes batallas Dios se las da a sus mejores guerreros.

“Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos.”

2 Corintios 4:1

Dios nos va a dar sus fuerzas y no vamos a partirnos si Él nos sujeta.
Esa palmera que se partió tendría alguna enfermedad, algo le había corrompido. Había perdido el primer amor, había perdido la fe, el entusiasmo, el celo por su casa.

Misericordia y Compasión en la Obra

Es por su gracia y por su misericordia.
Esta obra es una obra de compasión por las almas. El que pierde la misericordia y deja de llorar por los perdidos, se endurece, pero la misericordia es:

  • Perdón

  • Humillación

  • No guardar rencor

  • Perdonar, abrazar al que te hirió, acoger al que te abandonó

Así tu palmera nunca se va a partir. Puedes ser zarandeado, pero Dios te respalda, te guarda, te fortalece, te cubre con su manto de amor. Vamos a ver grandes victorias sobre todos nuestros enemigos.

No perdamos el llamado, no nos asustemos, no nos vayamos del camino. No se vuelvan atrás los valientes. Que nuestra fe no fluctúe y en los tiempos malos no se debilite, seamos constantes y duraderos y no hagamos como muchos que en épocas de aflicción le echen la culpa de su situación a la obra o al pastor.

Promesas de Dios

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.”

Isaías 41: 10-13

“He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.”

“Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.”

Qué promesa tan poderosa. Siempre nos ayudará el Señor, siempre nos suplirá cualquier necesidad, siempre nos librará de todos nuestros enemigos.

Oración Final

Señor, te rogamos que guardes nuestra fe, que ayudes nuestra incredulidad, que la maldad de este mundo no haga que se enfríe el amor en nosotros, sino que nunca nos cansemos de dar y dar frutos espirituales, porque nuestra copa está rebosando de tu presencia.