Necesitamos Oír la Voz de Dios

Por Benito Chicharro - Devocional 18 de septiembre 2025.

Devocional de hoy

Necesitamos Oír la Voz De Dios

Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. Y le trajeron a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron que pusiera la mano sobre él. Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo: ¡Effatá!, esto es: ¡Abrete! Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad. Y Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban. Y se asombraron en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar.

Marcos 7:31-37

¿Somos de oído fino o nos cuesta oír? Muchos cristianos sufren de sordera espiritual, porque no oyen lo más importante: la voz de Dios. La palabra dice que “sea todo hombre pronto para oír y tardo para hablar”, porque para seguir a Jesús es necesario escuchar Su voz clara y discernirla en el corazón. La obediencia comienza por oír correctamente.

Oído atento y equilibrio espiritual

Para hablar de Dios necesitamos escuchar y tener los oídos espirituales despiertos. Así como el oído interno mantiene el equilibrio físico, oír a Dios mantiene nuestro equilibrio espiritual. Quienes no escuchan Su voz pierden dirección, caen en tropiezos y enfrentan confusión en la vida espiritual. Mantener el oído atento permite caminar firmes, constantes y derechos en el camino que lleva a la vida.

Bartimeo y la fe que escucha

En cierta ocasión, Bartimeo, ciego de nacimiento, clamó a Jesús: “Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí”. A pesar de que los discípulos intentaron acallarlo, él persistió. Bartimeo quería sanidad y mostraba disposición total a recibir de Dios. La fe se manifiesta cuando escuchamos la voz del Señor y respondemos con decisión.

Conocimiento y comunicación

Oír la voz de Dios está ligado al conocimiento de Él. Conocer a alguien requiere comunicación y relación. Así, nuestra intimidad con Dios se desarrolla al escucharlo y obedecerle. Muchas veces, los cristianos tienen sus canales espirituales obstruidos por distracciones como redes sociales, televisión o internet, lo que limita la percepción de la voz de Dios. Mantener el oído abierto requiere concentración y disposición para recibir Su dirección.

Dirección divina y éxito

Necesitamos la dirección de Dios para avanzar en la vida y la lucha espiritual. Josué recibió instrucciones claras para conquistar Jericó: Dios le dio coordenadas precisas y, atento a Su voz, logró la victoria. La fe viene por oír la palabra de Dios; recibir instrucciones claras de Él nos permite actuar con seguridad y alcanzar los objetivos que Dios ha trazado.

Ansiedad y espera paciente

La ansiedad puede generar sordera espiritual.

Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:7

Escuchar a Dios requiere paciencia y quietud. Tomar decisiones impulsivas sin Su guía puede conducir a errores y consecuencias dolorosas. Esperar Su voz permite actuar en el tiempo correcto y con confianza.

En decisiones cruciales, como pareja, trabajo o proyectos de vida, necesitamos dirección clara de Dios. Oseas 2:14 El desierto es un lugar de silencio y soledad, libre de estímulos mundanos que desvían la atención de Dios. Allí podemos escuchar Su voz más claramente, recibir enseñanza para el corazón y apartarnos de influencias que nos alejan de Su voluntad.

Guardados del mundo

Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.

Filipenses 4:6

El afán y la prisa desconectan del Señor y pueden llevarnos a confiar en nuestras fuerzas o depender de lo material. La paciencia y la espera de la dirección divina nos enseñan dependencia de Dios, restaurando la humildad y la obediencia.

Dios permite procesos difíciles para abrir nuestros oídos espirituales y enseñarnos a depender de Él. La oración íntima y profunda, en secreto, nos coloca en un estado propicio para escuchar Su voz. Lo que hacemos en lo secreto Dios lo recompensa y utiliza para guiarnos en cada situación de la vida diaria.

Discernimiento y sello divino

y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.

2 Pedro 2:16

Antes de emprender proyectos, debemos pasar por la aprobación de Dios. La terquedad humana puede provocar daño si actuamos sin Su dirección. Cuando Dios da Su sello, podemos avanzar con seguridad y garantía de éxito; sin Su dirección, corremos el riesgo de errores y pérdidas.

Seguir la voz de Dios requiere obediencia inmediata, como Mateo al ser llamado por Jesús. Oír y responder con prontitud garantiza éxito y alinea nuestra vida con la voluntad de Dios, forjando carácter, santidad y capacidad de sacrificio.

Hacer oídos a Dios

¿Cómo está tu oído? Debemos ignorar críticas y calumnias, pero abrirnos a la voz de Dios. Cuando Él habla, no debemos resistirnos ni cuestionarlo; nuestra respuesta debe ser: sí, amén y obediencia. Oír y hacer es la clave de la vida cristiana.

Señor despierta nuestro oído, habla que tus siervos escuchan.