Mi Fortaleza está en Ti

Devocional de hoy

Mi Fortaleza Esta en Ti

Reconocimiento de la debilidad y la fortaleza de Dios

Asaf reconocía tanto su debilidad como la fortaleza de Dios.
Él no pensaba en todo lo que pudiera haber en el cielo que pudiera ser tan especial, él solo pensaba que allí, desde lo alto, aquel que podía ayudarle en la necesidad estaba con él. Era su Dios, y aunque estuviera a punto de desfallecer, reconocía que la roca de su corazón y su porción era Dios para siempre.

No hallaba nada que le deleitara en la tierra, porque había hallado a su Dios todopoderoso y sabía de su fortaleza.

Ilustración: El joven y la piedra

“Un joven estaba tratando de quitar una piedra bastante grande de su jardín, y estaba empujándola para ver si la removía.
Su padre, mirándole desde el porche, le dijo:
—Hijo, ¿estás usando toda tu fuerza?

El joven le dijo:
—Sí papá.

Y siguió intentando levantar y mover la piedra. Otra vez el padre le preguntó:
—Hijo, ¿seguro que estás usando toda tu fuerza?

El hijo le dijo:
—¡Claro que sí papá! ¿Por qué me preguntas eso?

Y el padre le respondió:
—Porque todavía no me has pedido ayuda.

Podrán desfallecer nuestras fuerzas, pero a nuestro Padre celestial nunca le faltan.

Fortaleza eterna en Dios

Permanecer en su presencia

No es querer estar un momento en su presencia, es querer perpetuar su presencia en nosotros, reconociendo que fuera de Él nada somos y que necesitamos de su fortaleza para recorrer el camino que nos lleva a su presencia.

Hay muchos textos que rompen la lógica humana pero a mi en especial me gusta mucho este.

Ninguna es cero, y cero por lo que multipliques siempre será cero, ahora aquí dice que en su presencia, el multiplica tus fuerzas aunque ya no te queden más para pelear.

A Él es al que tenemos que acudir en esos momentos de flaqueza y debilidad. El nos ayudará a remover la piedra, o incluso, la removerá por nosotros.

Oración

Señor que siempre recordemos que tú eres nuestra porción, en tus fuerzas somos mas que vencedores, no permitas que peleemos por nosotros mismos, que tengamos siempre presente que es a ti a quien debemos acudir