El Precio de Seguir a Cristo

Por Juan José Estévez - Devocional 15 de julio 2025.

Devocional de hoy

El Precio de Seguir a Cristo

Seguir a Cristo no es simplemente un acto de fe emocional o una decisión superficial. Es un llamado a vivir cada día bajo el señorío de Jesús, renunciando a todo lo que compita con Su voluntad. Jesús no ofreció promesas vacías ni una vida cómoda a sus seguidores, sino demandas radicales y una invitación clara: morir a uno mismo para vivir en Él.

Las excusas revelan el corazón

En Lucas 9:57-62 leemos:

"Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios." (Lucas 9:57-62)

La expresión “déjame primero” revela el verdadero conflicto: las prioridades humanas por encima del Reino. No se trata solo de despedirse o cumplir deberes familiares, sino de poner en pausa el llamado de Dios.

La letra pequeña del discipulado

Jesús es claro. Nos invita a leer la letra pequeña del contrato espiritual: renunciar a la comodidad, al control personal y a nuestras prioridades. Él dijo:

"Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, y mujer e hijos, y hermanos y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo." (Lucas 14:26)

Este aborrecer no es odio literal, sino darle prioridad absoluta a Cristo, incluso por encima de los lazos familiares o la propia vida. Jesús demanda todo, no respuestas a medias. Las decisiones tibias no son aceptadas por el Señor.

El llamado diario al seguimiento

Seguir a Cristo no se decide una vez en la vida, sino cada día. Es en el día a día donde somos evaluados y refinados. Jesús dijo:

"El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí." (Mateo 10:38)

Y también:

"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí." (Juan 14:6)

¿Dónde está tu energía y tu atención? Si está en tus propios planes y necesidades, difícilmente podrás poner las manos en el arado. Pero si entregas todo al Señor, Él suplirá lo necesario y te dará descanso.

La metamorfosis espiritual

El apóstol Pablo entendió esta transformación cuando escribió:

"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí." (Gálatas 2:20)
"Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, porque en el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo." (Gálatas 6:14)

Cuando Cristo vive en nosotros, perdemos el interés en el mundo y en nosotros mismos, y encontramos propósito en servirle. Esa es la metamorfosis espiritual: de devoradores insaciables como orugas, a mariposas que polinizan, siervos que edifican el Reino.

Paso práctico para hoy

Haz un alto y evalúa: ¿estás diciendo “déjame primero” en alguna área de tu vida? ¿Hay algo que compite con el llamado de Cristo? Hoy es el día para poner tus prioridades en orden: que Jesús sea lo primero, lo más alto, lo central. Toma tu cruz, niega tu yo, y síguele en obediencia radical.

Oración final

Señor Jesús, reconozco que muchas veces he dicho “déjame primero” en lugar de obedecerte sin reservas. Hoy quiero renunciar a todo lo que me detiene, tomar mi cruz y seguirte con todo mi corazón. Cambia mis prioridades, fortalece mi fe, y ayúdame a vivir crucificado contigo. Que no viva ya yo, sino Tú en mí. Amén.