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La Barca de la Reconciliación
Por Javi Jiménez - Devocional 14 de octubre 2025.

Devocional de hoy
La Barca de la Reconciliación
San Francisco de Asís enseñó que la verdadera alegría no se encuentra en grandes logros visibles, como convertir a multitudes o sanar a los enfermos, sino en la capacidad de superar las pruebas con humildad y sin responder con enojo. Relató que, al ser rechazado y golpeado por el portero de un monasterio, la verdadera alegría radicaba en no enfadarse ni responder con la misma actitud. Esta enseñanza nos recuerda que el gozo genuino proviene de vencer nuestras propias debilidades y perseverar en medio de las dificultades.
Alegría en medio de luces y sombras
Nuestra vida está llena de luces y sombras. Aunque preferimos enfocarnos en los momentos luminosos, lo más importante es superar las épocas oscuras. El Salmo 126 nos asegura que “los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.” Este gozo no depende de las circunstancias, sino de permanecer firmes en el servicio a Dios, incluso en medio de las pruebas.
Por otro lado, el Salmo 137 describe la tristeza de los israelitas lejos de Jerusalén. Estar lejos de Dios y de su presencia nos roba la alegría. Job también experimentó nostalgia por lo perdido, pero Dios le dio la victoria sobre sí mismo, llevándolo a un gozo renovado. La verdadera alegría no está en mirar atrás con añoranza, sino en vivir en la gracia y superar las pruebas.
La doble porción de alegría
La Palabra dice sobre Jesús: “Porque amaste la justicia y aborreciste la maldad, doble porción de alegría.” Aquellos que permanecen firmes, sin retroceder por amor a Dios y a los hermanos, reciben esta doble porción de alegría. Si has superado las pruebas, tienes motivos para alegrarte. No hay alegría en la traición, en contemplar el mundo o en sucumbir a la tentación. La mujer sirofenicia, enfrentada a una situación imposible, respondió con humildad y fe, y el Señor le dijo: “Grande es tu fe.” Dios nos pone en situaciones difíciles para probarnos, y al superarlas, encontramos gozo.
Superar limitaciones y pruebas
La Biblia está llena de ejemplos de personas que superaron grandes limitaciones. Zaqueo, a pesar de su baja estatura, encontró la manera de ver a Jesús. Jacob, limitado por sus trampas y maquinaciones, llegó a ser Israel, príncipe de Dios. Moisés, a pesar de ser tartamudo, lideró al pueblo de Israel. En Hebreos, se nos habla de hombres y mujeres de fe que enfrentaron persecuciones y pruebas, convirtiéndose en testigos para nosotros. Si caemos ante pruebas pequeñas, ¿cómo podemos compararnos con ellos?
Jesús, al enfrentar la cruz, puso sus ojos en el resultado: la victoria y el gozo que vendrían después del sacrificio. Pablo nos exhorta a esforzarnos en la gracia, comparándola con un barco que aprovecha el viento al colocar las velas en la posición correcta. Perseverar hasta el fin es esencial, porque el pecado y la traición no son opciones.
Alegría en la perseverancia
Romanos 15:1 nos llama a ser fuertes para llevar las flaquezas de otros. En 1 Juan, se nos habla de padres con sabiduría y jóvenes fuertes en el Señor. No debemos ser vencidos en nuestro hombre interior. Aunque el diablo busca arruinar nueEl río Prejuicio
El rio Prejuicio bajaba caudaloso, ancho y turbulento, como una profunda cicatriz, partía en dos la tierra, separando a los únicos vecinos del lugar, sus casas a uno y otro lado del rio, junto a la ribera. Estaban cerca, apenas a unos metros de distancia y lejos por dificultad para cruzar el rio.
Los vecinos: Tímido y Desconfiado
Uno se llamaba Tímido, era muy buena persona, pero por su carácter, no le era fácil relacionarse con los demás, le gustaba la gente pero no sabía cómo tratar con ellos.
El otro se llamaba Desconfiado y tenía siempre la tendencia a pensar mal de la gente, por lo tanto evitaba juntarse con otras personas, los dos vecinos se sentían solos.
Un saludo entre dos mundos
Cada día se miraban con curiosidad y se saludaban tímida y desconfiadamente, pero el rio y sus propios temperamentos les impedían conocerse mejor.
Hasta que la magia de la simpatía despertó en ambos el deseo de saber más el uno del otro.
De la simpatía al aprecio
Del saludo cordial pasaron a conversaciones cortas de asuntos triviales, como reflexiones simples acerca del tiempo atmosférico pero siempre limitados por el tajo del rio Prejuicio, no se podía estar tan cerca y tan lejos a la vez.
De la simpatía surgió el aprecio y el mutuo respeto y poco a poco el deseo de tener más proximidad y contacto.
Descubrieron que se ponían contentos cuando se veían y conversaban, esa alegría les impulsaba a bromear y contar chistes de una forma espontánea y sin malicia, solo por hacer sonreír a su interlocutor.
Crecía en su interior la necesidad de más intimidad y tener conversaciones más personales.
El nacimiento del puente Amistad
Un día Tímido supero sus limitaciones de carácter y bromeo acerca de la posibilidad de construir un puente sobre el rio,
Esto le pareció bien a Desconfiado, y sin darse cuenta consiguió pensar bien y no ver una amenaza en su vecino.
Así que, de la broma a la ilusión, de la ilusión a la planificación y de la planificación a la acción y manos a la obra construyeron un bonito puente que llamaron Amistad.
Ahora podían cruzar el rio cuando quisieran, para ayudarse mutuamente o solo por diversión, les gustaba pasar tiempo junto, conversar y hacerse regalos ese puente era una bendición cargada de beneficios. Aquel puente era su mayor tesoro.
El descuido y la caída del puente
Pero el puente requería mantenimiento, tenían que cuidarlo, repararlo cuando se deterioraba por el tiempo o las inclemencias del clima, a veces subía el cauce del rio por las tormentas y había que limpiar el cauce para que el puente no se callera.
Al principio estaban muy pendientes y solícitos en el cuidado y reparación del puente pero perdieron el interés por los afanes y presiones de la vida.
Poco a poco abandonaron las tareas de mantenimiento.
Tímido esperaba que Desconfiado lo reparara y viceversa, y una mañana de temporal el puente se derrumbó, y los vecinos se reprocharon el uno al otro la responsabilidad y la culpa de la ruina, así que se enfadaron y se dejaron de hablar.
Entonces volvieron a estar solos y distantes, la vida se tornó aburrida y ya no se ayudaban como antes cuando tenían problemas.
La enfermedad de la soledad
Un día Tímido cayo enfermo de soledad, echaba de menos a su amigo y el puente que les unía, pensó en pedirle ayuda pero no se atrevía, se había enfriado su relación.
Desconfiado se preguntaba qué sería de su amigo pues hacía mucho tiempo que no sabía de él.
Al poco tiempo supo que su amigo estaba enfermo pero no le ofrecía ayuda porque pensaba que se la iba a rechazar.
La ayuda de Humilde y la barca Reconciliación
Pero no podía dejar a su amigo en esas circunstancias así que pensó pedir ayuda a Humilde un viejo sabio que vivía descendiendo el valle del Orgullo pues este viejo sabio tenía la solución, una pequeño esquife llamado Reconciliación.
Con esfuerzo cruzo el valle y trajo la barca para ayudar a su amigo.
Atravesó el rio con peligro ya que bajaba crecido.
El reencuentro y la sanidad del corazón
Cuando arribo a la otra orilla se encontró a su amigo tiritando con la fiebre de la tristeza y le dolía el pecho por el frio de la soledad, entonces Desconfiado lo abrigó con una manta de cariño y le dio jarabe del perdón y un abrazo de amor y la fiebre desapareció.
Decidieron reconstruir el puente y se prometieron cuidarlo como el mayor tesoro.

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