La Apariencia no es obediencia

Devocional de hoy

La Apariencia no es Obediencia

Una metáfora que desenmascara la hipocresía

Jesús usó una metáfora fuerte para denunciar la hipocresía religiosa de su tiempo. Recordemos que en la cultura judía, los sepulcros eran blanqueados por fuera para que fueran visibles y nadie se contaminara tocándolos accidentalmente. Aunque se veían limpios y hermosos por fuera, por dentro solo había muerte y podredumbre.

La apariencia de justicia sin corazón

Jesús comparó así a los maestros de la ley. Ellos aparentaban ser justos y piadosos como esos sepulcros pintados de blanco, pero por dentro había orgullo, corrupción espiritual y falsedad. En otras palabras, un "sepulcro blanqueado" es una persona que parece buena y justa externamente, pero tiene un corazón lejos de Dios.

Una verdad que sigue vigente

Esta expresión, aunque antigua, sigue siendo vigente hoy. Nos recuerda que el Señor no se deja engañar por las apariencias. Si deseamos vivir una obediencia radical, no basta con mostrar una imagen bonita por fuera. Necesitamos ser genuinos también por dentro. Dios mira el corazón, no lo que decimos ni lo que intentamos aparentar ante los demás.

Un llamado a la autenticidad

Este pasaje es un llamado a la autenticidad, a vivir en obediencia sincera, no una vida vacía y aparentemente. A veces, casi sin darnos cuenta, comenzamos a actuar por costumbre o por imagen. Mostramos algo por fuera que no llevamos dentro, y eso no le agrada al Señor. Eso no es obediencia. Porque la verdadera obediencia es limpia, es transparente, es coherente por dentro y por fuera.

Vivir sin máscaras

Y es esa obediencia en la que el Señor quiere que vivamos: una vida sin doblez, sin engaño, sin máscara. Que no seamos como esos sepulcros blanqueados que dan apariencia de bondad, pero por dentro esconden muerte y destrucción.

Una oración de limpieza interior

Pidamos al Señor que limpie nuestro corazón, que sane lo que hay dentro de nosotros, para que vivamos con un corazón íntegro, igual por dentro que por fuera. Que seamos personas sinceras, verdaderas, sin apariencia, y que Su vida se refleje en cada parte de nuestro ser.

Oración final

Señor, límpianos por dentro y por fuera. Queremos vivir con un corazón sincero, sin apariencia, sin engaño. Quita de nosotros todo lo que no te agrada y danos un corazón obediente de verdad. Amén.