El Yugo Ligero: Descansar en Cristo

Devocional de hoy

El Yugo Ligero: Descansar en Cristo

¿La pregunta es lo fácil o lo difícil?

Podemos espiritualizar y decir: Lo difícil, para hacernos merecedores, por lo que luchamos y batallamos, pero Jesús nos dice que su yugo es fácil, fácil para Él, imposible para nosotros.

Nuestro yugo, el del mundo, el de la carne, el del diablo, es difícil, pero el de Cristo es fácil; Él lleva la pesada carga por nosotros.

La sabiduría de ser niño

Hay que leer los versículos anteriores del capítulo 11, desde el 25:

Si quieres ser sabio con la intelectualidad no recibirás lo fácil, porque no eres niño.

Déjate llevar, descansa y deja al Señor que haga. Ser como niño es nacer de nuevo, porque intelectualmente y biológicamente podemos hacernos cada vez más viejos, y la vida se hace más difícil, pero de los niños es el reino de los cielos.

Como el bebé en el vientre de Dios

El bebé en el vientre de la madre no come, no se preocupa de nada, y nosotros somos como el bebé en el vientre de Dios. Si naces de nuevo ves el reino de Dios y te asombras cada día; si tu ojo está sano, recibes la mirada del niño y te maravillas constantemente de la obra de Dios, sin enfocarte en las maldades del enemigo, solo percibiéndolas para discernir, mientras tu corazón se regocija en los milagros y maravillas de Dios.

El que es nacido de la carne, carne es, pero el nacido del espíritu es como el viento, en el que puedes volar si te dejas flotar en el Espíritu Santo.

Vivir en el Espíritu Santo

Vivir en el Espíritu Santo es vivir en la omnipotencia de Dios, en su grande sabiduría.
Las obras humanas no sirven para mucho; dejémonos llevar, sin pensar en qué sirven nuestras ideas y la obra del hombre sin Dios.

Cada día nazcamos de nuevo porque el hombre viejo quiere volver a tomar el control. Cada mañana toma la mano de Jesús y deja que Él te lleve de la mano, que te pase la calle y aún el paso de peatones.

Entregar la dirección de tu vida a Dios

¿Qué es mejor: llevar tú la dirección de tu vida, tu familia? Mejor que sea Él. Si está dentro de ti, deja que sus frutos se manifiesten. Hágase tu voluntad, venga a mí tu reino.
Así serás más niño cada día, y no tienes que orar palabras complicadas, solo: “Papaíto, ¡Abba Padre!”

La sabiduría es fácil, la que revela el Espíritu Santo. En un instante puede venir la revelación, en una palabra que ya habías leído pero que, al orar, el Espíritu abre y te revela sus misterios, secretos, tesoros y cosas ocultas.

Amar y obedecer a Dios

Déjate llenar del amor de Dios y amarás a Dios, y querrás obedecerle con toda el alma, todas las fuerzas, todo el tiempo.

Jesús habla con un joven rico que le pregunta cómo alcanzar la vida eterna. El joven pensaba que ya cumplía los mandamientos, pero no era cierto. Había sido educado de forma ortodoxa en la Biblia, y algunos cristianos educados no quieren ser perfectos.
El joven rico tuvo el llamado a ser perfecto:

Cuando Dios te da un nuevo nacimiento, eres llamado a ser perfecto como Dios, a ser santo como Dios. No hay mayor perfección que la santidad, y qué privilegio que el Todopoderoso quiera hacernos santos.

Dificultades del corazón humano

Qué difícil es que un rico entre en el reino de los cielos, porque aman más sus riquezas que a Dios. El joven rico incumplía la Shema, el primer mandato, y tenía la hipocresía de la práctica religiosa, pero su corazón no amaba a Dios.

Cuando los discípulos reconocen que en todos hay amor al mundo y le preguntan:

Jesús les responde:

Cuando nos volvemos viejos cascarrabias, debemos volver a los pies del Señor, pidiéndole perdón y renovarnos en su amor, como niños.

La alegría del Espíritu Santo

La alegría embellece, y el gozo de la salvación del Señor es la fuerza del Santo que nos da la gracia para no pecar. Qué hermosa es la libertad del corazón y vivir con Cristo, participando de su existencia y de la alegría de la vida eterna.

La alegría del Espíritu Santo se contagia; cuando la tienes quieres abrazar y compartir. En un instante puedes cambiar un corazón oscuro y triste por la alegría del poder del Espíritu Santo.

Oración

Cómo no estar contentos, cómo no estar agradecidos por tus maravillas y tu presencia. Sigue obrando en tu preciosa familia, quita todo estorbo de nuestro corazón, perdónanos si no estamos agradecidos, porque todo viene de ti. Llena nuestro corazón y nuestra alma; no tengo nada mío, muero a mi ego, para poder decir: “Cristo vive en mi…”