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El Sacrificio
Por Iñaki Lataillade - Devocional 18 de octubre 2025.

Devocional de hoy
El Sacrificio
Y Gad vino a David aquel día, y le dijo: Sube, y levanta un altar a Jehová en la era de Arauna jebuseo. Subió David, conforme al dicho de Gad, según había mandado Jehová; y Arauna miró, y vio al rey y a sus siervos que venían hacia él. Saliendo entonces Arauna, se inclinó delante del rey, rostro a tierra. Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar un altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo. Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para leña. Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio. Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.
2 Samuel 24:18-25
¿Qué es el sacrificio?
Para muchos de nosotros es difícil contestar qué es el sacrificio, aun cuando el sacrificio es central en la vida del pueblo de Dios, se ha convertido en algo marginal en el pensamiento del cristiano de hoy. (Ya no hay que hacer sacrificios. Cristo fue el sacrificio).
David nos dio una de las mejores definiciones de sacrificio en la Biblia en el verso 24:
"No ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada."
El costo del verdadero sacrificio
Ahí es donde la paja es separada del trigo.
Ahí es donde Dios separa de nosotros la carne del espíritu.
David tenía ocasión de ofrecer a Dios una adoración, un sacrificio barato sin costo, porque Arauna en los versículos 22 y 23 le intentó regalar a David la era, el altar, el sacrificio, los bueyes, e incluso la leña para quemar el sacrificio.
Esa es una de las tentaciones que tiene hoy en día el pueblo de Dios: dar una adoración que no le cueste nada.
La adoración que desprecia Dios
Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová.
Malaquías 1:13
La adoración jamás puede ser despreciable o algo que nos sobre; es algo que uno ofrece de lo profundo del corazón a aquel que le ha rescatado y ha transformado su vida.
La adoración que cuesta proviene de un fuerte amor a Jesús. Nos costará algo, ¿pero debería importarnos si por ella ganamos a Cristo?
El sacrificio personal
“¿Quién quiere hacer hoy ofrenda voluntaria a Jehová?”
1 Crónicas 29:5
No lo de los demás, no lo comunitario, sino lo personal.
Hay mucha gente que está dispuesta a ofrecer sacrificio, pero cuando puede cogerlo o proviene de otros.
David dijo: “Aparte de los tesoros de palacio, por amor a mi Dios pondré de mi tesoro particular.”
¿Qué guardamos en nuestro tesoro particular?
¿Qué tenemos, qué somos para Dios, para poder ofrecérselo en sacrificio, para mostrar el holocausto de nuestras vidas que sea agradable al Señor?
Ofreceremos sacrificios de alabanza, que no solamente quiere decir de cántico, sino sacrificio de vida personal, para con el Señor, que sea de su agrado.
David pagó un precio más alto del valor de la era.
Conclusión
La consecuencia del sacrificio siempre es bendición.
De una u otra forma, Dios va a bendecir ese sacrificio que ponemos delante de Él.
De cuántas “plagas” pudiéramos librarnos si incluyéramos el sacrificio como una parte en nuestras vidas, como pueblo de Dios, en la casa de Dios.
Cuánto más pudieran estar bendecidas nuestras vidas si implementáramos el sacrificio como algo diario, no algo puntual, cuando haya un evento, sino como una forma de vida.
Algo que salga de lo profundo de nuestro corazón como algo espontáneo, por amor del nombre que nos dio la vida.
