El Perdón

Por Mari Carmen Jiménez - Devocional 4 de octubre 2025.

Devocional de hoy

El Perdón

El testimonio de Simon Wiesenthal

Un judío llamado Simon Wiesenthal, que estuvo en los campos de concentración, le mandaban a los hospitales, y allí un día alguien pidió que un judío visite a un soldado moribundo. Él llegó a la habitación y ese soldado nazi le contó todas las barbaridades que hizo contra los judíos, niños asesinados, matanzas, los hornos…… y al final, le pide perdón. Este judío escucha durante más de un día a este nazi. Cuántos como él callaron ante las matanzas de los miles de judíos, pero esta vez este judío estaba callado con otro tipo de silencio. Muchos le criticarán de no haber sido consuelo y haber perdonado a este asesino arrepentido en sus últimas horas de vida. Pero, sólo Dios puede perdonar los pecados. Este judío no podía darle el perdón que este joven anhelaba, porque sólo Dios podía darle ese don, esa paz del perdón.

El perdón de Dios

La confesión es un acto de liberación, pero sólo Dios puede regalarnos su perdón.
Bienaventurado el hombre que Dios no culpa de iniquidad.

El Cordero perfecto, sin tacha era sacrificado en tiempos de Moisés, y con esa sangre se pintaban los dinteles de las casas. Jesús vine como ese Cordero a dar la vida por nosotros.

La importancia del arrepentimiento

Mientras callé se envejecieron mis huesos, dije confesaré mis transgresiones al Señor.
El perdón es un regalo maravilloso, y si no hay arrepentimiento no hay perdón. Juan no se cansaba en decir: Arrepentíos porque el Reino de los cielos se ha acercado a vosotros.

Sin arrepentimiento no hay perdón, y es el Espíritu Santo quien produce ese arrepentimiento verdadero en nosotros.
Una persona decía al borde de su muerte: sé que voy al infierno pero no puedo arrepentirme.

Si mirares a los pecados, quién podrá mantenerse Señor, pero en Ti, hay perdón y Salvación.
Nadie puede mantenerse en pie porque todos somos pecadores.
A veces Dios dice: no perdonaré. Y llegará ese tiempo cuando Dios cierre la puerta.

El Señor pondrá sus leyes en nuestros corazones y nunca más se acordará de nuestros pecados. Porque cuando hay remisión de nuestros pecados, ya nadie se acordará de ellos ni hay sacrificio que hacer por ellos.

La gracia de Dios

Su Gracia es Suficiente.
Si haces una transgresión debes pagar, si robas mereces un castigo. Todos merecemos el castigo por nuestros pecados, pero nos mantenemos en pie por la gracia del Señor.
Dios ofreció a su Hijo para pagar por los pecados de la humanidad.

Agradecimiento

Jesús está en casa de Simón el leproso y fariseo, (se cree que es uno de los 10 leprosos que Jesús sanó). Pero este fariseo le invita con poco compromiso, poca convicción. Allí había una mujer derramando ese perfume caro, por detrás de Jesús, a sus pies, llorando, besándole…. y estos religiosos que están con él por compromiso, pensando: si supiera éste quién es esta mujer pecadora que le toca los pies……

Entonces Jesús le cuenta la historia de los dos deudores y les pregunta: Quién estará más agradecido? Al que mucho se le perdonó por eso mucho ama, pero tú, Simón no me amas ni me has agradecido de corazón que eras un leproso y ahora estás sanado.

A veces le damos la propinita al Señor, porque nos creemos tan buenos…… Ayyyy, que Dios nos mantenga en ese primer amor. En ese amor que embellece, que te hace sonreír, no al contrario la amargura y el enfado que nos afean y envejecen. Que el Señor tenga misericordia de nosotras. Que nunca nos olvidemos de dónde nos ha sacado.

Perdonar

También es importante perdonar a los que nos han ofendido. Igual al que perdonas no recibe su perdón. Pero a ti, el Señor te guarda de la amargura y el rencor que te puede destruir y el Señor tampoco te perdonará, si tú no perdonas. Cuando hay perdón, hay paz y descanso.

Los hermanos de José le vendieron. Pasó cárcel, dificultades, abandono, soledad, pero cuando vienen sus hermanos en los tiempos de hambre a Egipto, se oculta, les hace pasar malos ratos, les pone una copa y les acusa de ladrones y deja a uno en prisión, para que vuelvan con Benjamín.

El perdón de José a sus hermanos

“Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos. Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban. Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos. Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón. Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años.”

Génesis 50:15-21

Qué momento tan glorioso, los hermanos de José le piden perdón y José les cuenta cómo Dios aprovechó lo malo para bien, y les perdona, no puede dejar de perdonarles, abrazarles, amarles.

El llamado a perdonar siempre

Si tu hermano peca contra ti, ve y díselo, pero si no te oyere, ve con testigos y si no, ve a la iglesia, y si no, tenle por gentil. ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano? Hasta 70 veces 7.

No guardes amargura contra tu hermano. Perdonemos siempre y nunca nos sintamos mejor que los demás. Que Dios tenga misericordia de nosotros y vivamos siempre en su perdón.