Ebenezer, Memorial de la Fidelidad de Dios

Devocional de hoy

Ebenezer, Memorial de la fidelidad De Dios

La fidelidad de Dios en un mundo sin compromiso

Vivimos en un mundo que está marcado por las infidelidades, faltas de respeto, faltas de compromiso, donde el ser grandes es un gran signo, donde no hay ninguna norma de convivencia y de respeto, pero el reino de Dios se caracteriza por la fidelidad, porque Dios es el que gobierna el mundo espiritual y Él es fiel y para nosotros como creyentes, nuestra fe descansa en esa fidelidad, a pesar de que cuando vienen tiempos duros y momentos difíciles hay fuerzas de sobra, no naufragamos, sino que seguimos navegando siempre incluso en un mar encrespado, no importa, porque sabemos que Dios está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo y Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.

Nuestra fe se apoya en un pilar inamovible: la fidelidad de Dios

Qué bueno es poder formar parte de este Reino, en el que nuestra fe descansa en uno de esos pilares, como es la fidelidad de Dios. A menudo surgen dudas cuando vienen las pruebas, cuando vienen las tormentas, no podemos dudar de la fidelidad de Dios, no podemos dudar de su amor, dudar de su fidelidad, dudar de su integridad, dudar del compromiso que tiene con su iglesia, dudar del bien que nos ha hecho.

El corazón del hombre es engañoso y debemos guardarnos, Israel salió, anhelando salir del poderoso dominio de un imperio como el de Egipto, en ese tiempo Dios lo hizo porque el pueblo clamó y Dios oyó el clamor de su pueblo y escogió un pueblo pequeño e insignificante, para revelar su gloria y grandeza al resto de las naciones.

En el desierto Dios forja nuestra fe

Así que a Israel Dios le pone en un desierto, ¿por qué no lo trasladó en un abrir y cerrar de ojos a la tierra que les había prometido? Porque quería ponerlos a prueba en el crisol de la prueba, para que supieran lo que había en sus corazones.

Dudar de Dios es una ofensa a su fidelidad

Dice que Israel provocó al Señor en el desierto, y cuál fue esa provocación? Es que dudaron de la fidelidad de Dios, dijeron “hasta aquí, hasta este desierto nos ha traído Dios para hacernos morir”, esa declaración, hirió profundamente el corazón de Dios, Israel entró a la tierra prometida, no esa generación, porque esa generación ya estaba sentenciada, en Cades-barnea cuando volvieron a dudar de la fidelidad de Dios, creyendo el mensaje negativo de los diez espías. Dos entraron, dos emitieron un veredicto o un informe positivo porque creían firmemente en la fidelidad de Dios y Él les había dicho “Yo os introduciré en la tierra que juré a vuestros padres”, Israel entró en Canaán, pero no como un acto de fe o una intervención directa, porque Dios se lo había prometido y Él es fiel a lo que promete. Dios no puede negarse a sí mismo, Dios tenía a Israel en su corazón, lo amaba profundamente, igual que a ti y a mí y cuando Dios promete algo, lo cumple, porque fiel es el que promete.

Jesús está en la barca, aunque parezca dormido

Cuando vemos a los discípulos en una barca en el mar de Galilea, con un mar calmado, cuando las cosas van bien, en el día que todo va bien, cuando hay bonanza en el diario vivir, en la familia, en la economía, en la vida, en el ministerio, en la comunidad, nos gozamos, pero las tormentas forman parte de la vida y se van a levantar en un determinado momento, antes o después, vamos a tener que atravesar esa tormenta y no se puede ser víctima del pánico, tirar de la barca intentando salvar su vida, porque el que busca salvar su vida, la perderá. Así que es mejor permanecer en la barca con Jesús.

No seas como la ola: afirma tu corazón en la esperanza

La duda siempre ofende a un corazón que ama y no podemos cuestionar algo que Dios nos ha prometido tan firmemente, el que duda es semejante a la onda del mar, que va siendo arrastrado como la ola y va de aquí para allá, hay que afirmarse, mantener sin fluctuar la profesión de la esperanza, porque fiel es el que prometió, mantenerse firme sin fluctuar, sin que haya cambio, sino manteniéndonos firmes en la verdad y en la realidad de que Dios estará con nosotros todos los días, siempre.

Dios cumplirá Su propósito contigo

La fidelidad tiene un compromiso fuerte, firme con sus promesas, así que no importa lo que tú hagas o dejes de hacer, Dios va a cumplir lo que ha determinado, claro que hay que tener temor de Dios, porque el temor de Dios nos aparta de lo que a Él no le agrada, y si ya hemos sido hechos participantes de su naturaleza divina, el pecado no se puede enseñorear de nosotros, y el que teme a Dios no peca, porque el temor de Dios es aborrecer el mal.

¡Hasta aquí nos ayudó el Señor!

No dudemos que Dios es fiel y que Ebenezer sigue siendo vigente, y ese memorial tiene que estar presente en nuestras vidas a pesar de los pesares, cuando haya risa o cuando haya llanto, pero que la alabanza no se vaya de nuestro corazón, así como la adoración al que vive por los siglos de los siglos, al único Dios verdadero.

Su fidelidad es grande, yo veo la mano de Dios a través de mis complicados días o tiempos vividos, hasta aquí Dios me ha ayudado. Él ha sido bueno conmigo y lo seguirá haciendo, y ningún demonio o circunstancia, va a poder apartarme del amor que es en Cristo Jesús. Yo sé en quién he creído, y sé que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día, Dios va a acabar la obra que ha empezado y sabes por qué? Porque Dios no hace nada a medias, no deja nada inconcluso, Él empieza algo y lo termina...