Derrotas que se Transforman en Victoria

Devocional de hoy

Derrotas Que se Tranforman en Victoria

La perspectiva de la derrota y la victoria

A veces, lo que para nosotros es una derrota, para nosotros es una victoria.
Alabamos al Señor con gozo y confesamos las victorias del Señor, pero sin embargo vienen derrotas a nuestras vidas a nuestro parecer. Eso nos lleva a los pies de Jesús, de nuevo, para encontrarnos con Él. A los que hemos agarrado la cruz de Jesús, no vamos a recibir los aplausos del mundo, porque vendrán tribulaciones y persecuciones, tormentos y ataques en la carne e incluso fracasos en la carne que debemos tomarlos como victorias en Cristo Jesús. En medio de la tempestad, adoro al Señor, lo podemos perder todo, pero nuestra alma que nunca se pierda ni se aparte del Señor.

Jesús y su misericordia

Jesús miraba a las almas con misericordia, mucha hambre y pobreza.

El lloro y la sensibilidad espiritual

A veces el lloro puede ser por una enfermedad, un dolor, un fracaso y ese llanto nos puede llevar a una depresión, a una angustia extrema. En este mundo hay tanta comparación y no llegamos al top de la felicidad que nos venden. Dios es nuestro consuelo, y en los días de más quebranto, ahí Dios se mueve con poder. Las derrotas en la carne, naturales, son victorias en el Espíritu porque nos hacen más sensibles al Señor, para escuchar su voz, sentir su abrazo, estar más quebrantados.

Hambre y sed de justicia

Hambre y sed de justicia, en medio de un mundo tan injusto, pero en medio de esa injusticia, Dios está con nosotros. Todos los que fueron tocados por Jesús pasaron dificultades hasta el martirio como Pablo. Qué nos quita el gozo del Señor? Mirar al suelo. Pero mirando al Señor, nunca estaremos desanimados. Igual vienes derrotado en el mundo, abatidos, sin aliento, pero hoy si le damos la gloria a Él, nos levantará.
Jeremías fue cautivo por su pueblo porque denunciaba la injusticia y no querían oírle. Y en medio de esas dificultades decía Dios está conmigo como poderoso Gigante. Ha perdido una batalla natural pero no espiritual.

El mayor ejemplo: Jesús

Quién fue el mayor ejemplo
Jesús es el mayor exponente que tuvo una gran derrota aparente, muriendo en la cruz, era el peor castigo, la mayor humillación, pero triunfó a la carne en el Espíritu. Fue atormentado, sacrificado, lo que sufrió pudo ser una derrota aparente pero una gran victoria en el Señor. Las iglesias dicen paren de sufrir, y se ponen el yugo del mundo, como ovejas que van al matadero.
Cuando has perdido el barco en una tormenta, y has sido derrotado en una batalla, el Señor te dice, eso no es lo más importante, si te mantienes fiel a tu Señor e íntegro, el Señor en medio nuestro.

La cruz y el discipulado

Job, un hombre recto, íntegro, temeroso, lo perdió todo, y nunca maldijo al Señor. Cuántos se quedan sin trabajo, y dejan de buscar a Dios. Y es entonces cuanto más nos tenemos que poner ese manto de alegría. En los tiempos difíciles, nos tenemos que fortalecer más en el Señor, llenarnos de su Espíritu.

Morir y nacer de nuevo

El que muere a algo, nacemos a algo nuevo, si morimos a la carne, nacemos al Espíritu. Si menguas, crece Jesús en ti. Tomar la cruz es morir cada día a las cosas de este mundo y resucitar a las cosas del Jesús. “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.”
Los fracasos son oportunidades para buscar más a nuestro Dios. Se han cerrado todas las puertas y por fin, como última opción, escogemos la puerta estrecha que siempre está abierta. Es la única PUERTA, se llama Jesús. Y Dios a veces debe cerrar todas esas oportunidades del mundo para que nos rindamos a su hermosura.

La protección y liberación de Dios

“Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos. Me rodearon ondas de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron.”
El miedo es un arma del enemigo para que perdamos la fe y la esperanza.
“Envió desde lo alto y me tomó; Me sacó de las muchas aguas.”
Hay una tempestad, un naufragio, un barco que se rompe, y nos caemos al agua y nos hundimos, pero una Mano poderosa, nos tiende su salvavidas y está pronto para salvarnos.

Victoria sobre enemigos

“Me libró de poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo.”
Peleamos con enemigos más fuertes, corrompidos de maldad, llenos de violencia y robo. Quieren apagar nuestra luz, impedir que la sal se eche.
“Me asaltaron en el día de mi quebranto; Mas Jehová fue mi apoyo, Y me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.”
Porque le damos gracias en medio de esa catástrofe, nos quita la angustia, el pesar, nos levanta, volvemos a caminar y a adorar. Y el mundo dice: le he despojado, le he derrotado, le he pisoteado…… y sigue adorando a Cristo. Carbones encendidos sobre sus cabezas.

Recompensa y justicia de Dios

“Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista. Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio, Y rígido serás para con el perverso.”
Doblando rodilla solo ante tu Dios, nunca ante este mundo y sus leyes perversas.