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Demandando Señal
Por Iñaki Lataillade - Devocional 29 de septiembre 2025.

Devocional de hoy
Demandando Señal
Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar. La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.
Mateo 12:38-42
El significado de la demanda de señal
Su deseo de ver una señal realmente representaba otra manera en la cual esperaban rechazarlo.
Si Jesús proveía una señal, ellos encontrarían una manera de hablar en su contra, probándose a sí mismos que Jesús era el que ellos ya creían que era: un emisario de Satanás.
La petición era fingida: “Maestro, nosotros deseamos de ti el ver una señal”. (Como retamos a Dios a veces).
Las señales que ya había dado Cristo
Cristo ya había enseñado suficientes señales:
Jesús sana al siervo de un centurión.
Jesús sana a la suegra de Pedro.
Jesús calma la tempestad en el mar.
Jesús libera a los endemoniados (los manda a los cerdos).
Jesús sana a un paralítico.
Jesús sana a la hija de Jairo y a la mujer que tocó el manto de Jesús.
Dos ciegos obtienen la vista.
Un mudo habla.
Sana a un hombre con la mano seca.
Y aun así, ¿todavía demandaban señal?
Nuestra actitud ante las señales
¿Qué demandamos nosotros al Señor aun viendo lo que hemos visto?
Seguimos al Señor por las señales o por la salvación que trae en nuestras vidas.
Aunque la palabra de Dios nos enseña que veremos señales, no debemos seguirle únicamente por ellas.
En Juan 6, Jesús dice que le buscaban porque comieron y quedaron satisfechos. Lo único que Dios quiere es que crean en mí, que soy a quien envió.
Jesús: la señal de Dios
Entonces le preguntaron: “¿Qué milagro harás para que creamos?”
Jesús respondió que Él mismo era la señal de Dios.
Jesús no se somete a chantajes, dice: “No lo veréis ahora, pero lo veréis después”.
Esta generación no ve lo que el Señor hace.
Aún después de profetizar su muerte y su resurrección al tercer día, muchos no creyeron y muchos no creen aunque ya estaba profetizado antes de que sucediera.
Si aquella generación Jesús la llamó mala y adúltera, no sé qué diría de nuestra generación hoy en día.
Lección de Nínive y la reina del Sur
Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar.
Mateo 12:41
Los ninivitas, aunque eran paganos, se arrepintieron por la predicación de un hombre.
Mientras que ellos, el pueblo elegido, no se arrepintieron por la predicación del Hijo de Dios.
Por eso les dice: “Hay aquí más que Jonás en este lugar”.
Jonás no obró un solo milagro, pero Cristo obró muchos. Él es el alfa y el omega, el principio y el fin.
La reina de Saba reconoció la sabiduría de Dios en Salomón, y nosotros no reconocemos a Dios en Jesucristo.
Reconociendo la grandeza de Jesús
Salomón era hijo de David; uno de los grandes títulos mesiánicos de Jesús es: hijo de David.
Jesús era mucho más hijo de David que Salomón.
Nos impresionan otras grandezas y no nos impresiona la grandeza de Jesús.
En Josué 4, se tomaron 12 piedras como señal de lo que Dios había hecho al pasar el Jordán.
Hoy nosotros deberíamos llevar no 12 piedras, sino 12 camiones de piedras, recordando las cosas que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Oración final
Gracias Señor por tantos milagros recibidos a lo largo de nuestro caminar contigo.
No queremos olvidar cada cosa que has cambiado en nosotros, cada cosa de la que nos has librado, incluso sin darnos cuenta.
Gracias porque la señal ya nos fue dada, y fue Cristo llegando a nuestros corazones.
