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¿Cómo Aprender a Estar Atentos a Dios en Medio del Ruido?
Por Miguel Díez – Predicado en Córdoba, 6 de julio de 2025

Cuando nos reunimos para escuchar la palabra de Dios, la pregunta clave es: ¿Para qué hemos venido aquí? ¿Solo porque toca? La respuesta que nos da el mensaje de hoy es clara: venimos para oír con atención, para entender, guardar y sobre todo para obedecer lo que escuchamos. La fe no surge por casualidad, sino porque “la fe viene por el oír” (Romanos 10:17). Por eso, escuchar no es suficiente; debemos atender con el corazón y la mente.
Atención para Oír y Entender
Nehemías 8 nos muestra un ejemplo poderoso. El pueblo se juntó “como un solo hombre” y escuchó atentamente la ley desde la mañana hasta el mediodía. Todos, hombres y mujeres, estuvieron pendientes porque entendían que allí había vida y dirección. Esto es lo que Dios espera de nosotros hoy: una atención completa, sin distracciones. Sin embargo, la realidad es otra. Muchas veces nuestra mente se dispersa, saltamos de un pensamiento a otro, o nos dejamos llevar por la velocidad de la información que nos rodea. La invitación es a detenernos y prestar atención a lo que Dios dice.
Discernimiento: El Ojo del Espíritu
La atención a la palabra trae discernimiento, una capacidad espiritual para detectar las trampas del enemigo y protegernos a nosotros y a los demás. En un mundo donde hay una guerra constante entre bendición y maldición, sin sabiduría y discernimiento estaremos en desventaja. Ezequiel 44 nos llama a “poner atención, mirar con los ojos y oír con los oídos” todo lo que Dios revela. Esto también aplica a lo que permitimos en nuestro entorno, a quién dejamos entrar en nuestro hogar y en la vida de nuestra familia. La falta de atención espiritual puede llevarnos a perder la unción y caer en engaños.
El Llamado a Vigilar en Familia y Congregación
Isaías 51 nos exhorta a estar atentos porque la justicia y salvación de Dios están cerca, y no debemos temer los ataques ni las dificultades. Por eso, la atención también implica cuidar el estado espiritual de nuestra familia y nuestra congregación. Proverbios 27:23 dice: “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas”. Esto significa que no podemos ser indiferentes a la condición espiritual de quienes están a nuestro cargo: hijos, esposas, hermanos en la fe. La vigilancia y la oración constante son fundamentales.
Atentos a la Palabra Profética
Pedro nos recuerda en 2 Pedro 1:19-21 que la palabra profética es una luz en medio de la oscuridad, una guía segura inspirada por el Espíritu Santo. Cuando asistimos a la iglesia, Dios tiene algo especial para hablarnos. Pero esto solo lo recibiremos si estamos atentos, no con distracciones o falta de interés, sino con un corazón dispuesto a aprender, temer y obedecer.
Obediencia Más que Sacrificios
Finalmente, el mensaje de 1 Samuel 15:22 es contundente: “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios”. Dios no se complace en rituales vacíos si no hay obediencia real. La verdadera atención a Dios implica no solo escuchar, sino aplicar lo que Él nos dice, dejando de lado la rebeldía y la obstinación.
Paso práctico para hoy
Hoy, haz un examen honesto de tu atención: ¿A qué le prestas más atención, a Dios o a las distracciones que te rodean? Dedica un momento en silencio para pedir a Dios sabiduría y discernimiento para escuchar Su voz claramente. Comprométete a guardar en tu corazón lo que Él te revele y a obedecerlo, confiando en que esta atención traerá vida, protección y bendición para ti y tu familia.
