Manto de Alegría.

Por Mari Carmen Jiménez - Devocional 25 de julio 2025.

Devocional de hoy

Manto de Alegría

La alegría es una fuerza poderosa. Todos la anhelamos, porque levanta el ánimo, da energía y esperanza. En cambio, la tristeza y la depresión son como pozos profundos, como agujeros negros que lo absorben todo. En tiempos de Nehemías, en medio de persecución y lucha, se proclamó:

“El gozo del Señor es nuestra fuerza” (Nehemías 8:10).

El gozo verdadero viene del Señor

Las alegrías del mundo son pasajeras, pero la verdadera alegría, la que permanece, solo viene del Señor. En su presencia hay poder, hermosura y gozo.

“Tú haces alegrar las salidas de la mañana.” Salmo 65:8

El gozo del pueblo de Dios

Cuando servimos al Señor, hay un gozo incomparable. Esdras narra cómo el pueblo gritaba de alegría al reconstruir el muro. En el libro de Ester, el pueblo celebró con banquete y regocijo tras ser librado de la muerte. ¡Qué milagro!

El temor roba el gozo

El temor es el gran ladrón del gozo, es la puerta para el desánimo y la depresión. Solo tu Señor me haces vivir confiado. Aún los más pequeños de Israel se gozan en el Santo de Israel. El Señor enjugará toda lágrima. Consolará Yavé a Sion, se hallará en ella alabanza y canto.

“El viene a libertar a los cautivos, a proclamar el año de la buena voluntad y de su venganza, cuando se manifieste y desnude su brazo. Viene a consolar a los enlutados, gloria en lugar de ceniza, manto de alegría en lugar de espíritu angustiado. Con alegría hacían justicia.” Isaías 61:1-3

Sirvamos al Señor con alegría. Tus palabras fueron para mi por gozo, aún cuando hemos recibido golpes por dar esas palabras como Jeremías.

La cruz: fuente de gozo verdadero

¿De dónde viene la verdadera alegría? De esa Cruz preciosa. Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús el autor y consumidor de la fe.

“Por el gozo puesto delante de Él. Tuvo la fe, la certeza de que en la cruz no terminaba todo. Sufrió la cruz, menospreció el oprobio y se sentó en su trono.” Hebreos 12:2

Jesús sabía que la cruz no era el final. Aceptó el dolor por amor, y nos enseñó que la cruz es el camino a la vida. Morir a nuestro ego, a nuestros deseos, es el proceso que nos libera y nos llena de gozo verdadero.

Aceptar la cruz trae vida

Es un proceso que necesitamos para llegar a la vida. Hay una muerte espiritual que nos lleva a la vida. Calculemos el costo para que lleguemos al fin de la carrera. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.

La cruz es un proceso de madurez. Y aunque estemos en esa cruz, nos queremos desclavar constantemente de esa cruz y no somos felices en esa batalla.

Reconciliando consigo por medio de Él todas las cosas, las que están en la tierra como en el cielo, haciendo la paz por medio de la Cruz. Tomando forma de siervo, se humilló a sí mismo, hasta la muerte y muerte de cruz.

“Él es nuestra paz... haciendo la paz mediante la cruz.” Efesios 2:14-16

“La palabra de la cruz es locura para los que se pierden, pero para los que se salvan es poder de Dios.” 1 Corintios 1:18

Gozo en la aceptación de la cruz

Aceptar la cruz trae gozo. Asumirla, darle gracias a Dios por todo lo que estamos haciendo. Cuando lo aceptas hay paz, descanso. Cuando muere el grano, da mucho fruto. Pero muchos quieren vivir sin morir, disfrutar sin rendirse. El mundo ofrece distracciones, pero nos aleja lentamente del camino. Si asumimos la cruz, Cristo camina con nosotros, guiándonos con su yugo suave.

“Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos... con todo, yo me alegraré en el Dios de mi salvación.” Habacuc 3:17-18

Oración Final

Señor, gracias por el manto de alegría que nos das en medio del dolor. Ayúdanos a abrazar la cruz, a morir a nosotros mismos, y a vivir en el gozo de tu salvación. Que tu presencia sea nuestra fuerza, y tu paz, nuestro descanso. Amén.