Vive con la Visión de Dios

Por Daniel Díez - Devocional 24 de julio 2025.

Devocional de hoy

Vive con la Visión de Dios

Hoy reflexionamos sobre nuestra identidad y propósito como hijos de Dios. La sociedad moderna nos arrastra a su corriente: en países ricos como España, la natalidad cae porque priorizamos el egoísmo sobre la familia, temiendo riesgos económicos. Pero los datos muestran que no es cuestión de dinero—los más ricos tienen menos hijos. Es un problema de mentalidad, de corazón.

Nuestra identidad en Cristo, no en la cultura

Como cristianos, somos sal y luz, pero a veces nos asimilamos a esta cultura, perdiendo nuestra identidad en Cristo. No somos primero vascos, gitanos, o judíos; somos nuevas criaturas (Gálatas 3:28). Dios nos llama a vivir con Su visión, no con miedo, porque Él provee para Su propósito.

Saúl: lleno del Espíritu y sin temor

En 1 Samuel 11:6–7, vemos a Saúl, recién ungido, enfrentando a los amonitas:

“Y el Espíritu de Dios vino sobre Saúl con poder, cuando oyó estas palabras, y se encendió en ira en gran manera. Y tomando un par de bueyes, los cortó en pedazos, y los envió por todo el territorio de Israel por mano de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y de Samuel.”

Saúl no lloró ni negoció con el enemigo, que quería cegar al pueblo, quitándoles visión para la batalla. Lleno del Espíritu, actuó con valor, uniendo a Israel. Nosotros también enfrentamos un enemigo que busca robarnos la visión, paralizarnos con miedo al fracaso, la pobreza, o el qué dirán. Pero Dios nos dice: “No temas, yo estoy contigo.”

Llamados con propósito eterno

Romanos 8:28–29 nos anima:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo.”

Dios nos da un propósito: ser familia Suya, reflejar a Cristo. Todo—derrotas, traiciones, victorias—es provisión para crecer en fe. No vivimos para sobrevivir, sino para cumplir Su llamado, aprovechando cada experiencia como lección. El miedo nos congela, pero la fe nos impulsa a actuar, confiando en Su provisión.

Como árboles junto al río

El Salmo 1:1–3 pinta esta vida:

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos [...] sino que en la ley de Jehová está su delicia [...] Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.”

No sigamos las modas del mundo, sino la Palabra. Como un árbol junto al río, prosperamos cuando nos nutrimos de Dios, dando fruto sin temor al futuro.

Echa fuera el miedo y vive con propósito

Hermanos, echemos fuera el miedo. No negociemos con el enemigo ni vivamos en modo supervivencia. Dios nos dio una visión—servirle, formar familias, ser luz—y con ella viene Su provisión. Saquemos provecho de todo, incluso las caídas, porque los que aman al Señor todo lo aprovechan. Vivamos con propósito, plantados en Su río, confiando que Él provee.

Oración final

Señor, gracias porque tu palabra es clara, Señor, tú das una visión y junto a esa visión también das una provisión. La visión de servirte, de seguir tu voz, de hacer tu voluntad, tú vas a traer una provisión. Tú Vas a hacer que nuestras vidas sean como ese árbol que da fruto a su tiempo, que prospera. Gracias por que tu Hijo Jesucristo que es el modelo a seguir. Echa fuera el temor de nuestra vida, Señor.

Echa el miedo al que pasará, al qué dirán, a la incertidumbre, a la inseguridad que ofrece este mundo, a perder los recursos, a que nos vaya mal, Y enséñanos a confiar en ti, Señor. Y que incluso en los momentos difíciles, en los momentos duros, sepamos sacarle partido, sepamos sacar provecho. Y que incluso una derrota se convierta en una victoria. Porque hemos aprovechado, hemos adquirido conocimiento, hemos crecido como personas, como hijos tuyos, Señor. Echa fuera el temor de nuestras vidas, Señor. Amén.